En el último taller de éste ciclo, trabajamos la Intimidad Emocional

Fue el broche natural que cerró éste trabajo. Cuando ganamos consciencia y presencia con nuestros hijos e hijas, validamos sus emociones, sus vivencias y les verbalizamos las nuestras, estamos produciendo Intimidad Emocional.

Intimidad Emocional y confianza están muy unidos y nos permiten hacer más profundos nuestros vínculos y mejorar nuestras relaciones. Nunca es tarde para trabajarse la confianza y hasta los 10/11 años, a mí se me hace más natural y fácil.

Creando ésta confianza e intimidad con nuestras hijas e hijos, les estamos ofreciendo la seguridad que necesitan para poder construirse.

Sentir el apoyo dentro de casa, les permitirá vivenciar el mundo sabiéndose respaldados, crear relaciones desde la sensación de estar completos/as e integrar aquellos aprendizajes que la vida les traiga.

De éste taller, me emociona recordar los momentos de complicidad surgidos entre algunas madres y padres y algunos hijos e hijas. Cuando yo me puedo reír a carcajadas con mi hija, siento una conexión real y profunda con ella, una suerte de vínculo que resulta nutritivo para ambas. Creo que éso es lo que me emociona, al ver a otras familias disfrutarlo.

Compartiendo al final con las familias y sintiendo el alcance de éste trabajo, se confirma nuestra convicción. Es necesario compartir más con nuestras hijas e hijos, crear éstos espacios, compartirlos con otras familias, crear ésta red que nos sostiene.

Nosotras, vamos a trabajar en ésta dirección.