Modelo de relación

Construimos la relación con nuestra/o hija/o desde la misma concepción. ¿Sabes cómo?

Consciente o inconscientemente, nuestras expectativas sobre nuestres hijes y nuestra maternidad, están presentes y activas desde antes de plantearnos traer vida a este mundo. En gran medida, ésto tiene que ver con la historia de nuestra familia de origen y las lealtades (ser fiel a las creencias de nuestra familia) que esta ha ido generando.

Sin entrar en los detalles de nuestra historia, ya podemos imaginarnos lo fácil que será contrariarse cuando nuestra maternidad fantaseada, no se vea cumplida. Así, solemos convertir a nuestros/as hijos/as en los depositarios de nuestras expectativas y ambas partes se ven en una permanente frustración.

Es natural que nuestra maternidad se vea influenciada por nuestra historia familiar y también, que las incoherencias entre lo que «esta bien» (creencias) y lo que me sale (porque así lo sentimos), nos despierten la necesidad de re-plantearnos cómo queremos construir la relación con nuestra/o hija/o.

Aquí vuelvo a encontrar la similitud entre la terapia y el papel de madre o educadora <<en el que por amor, permitimos que el otro vaya siendo quien es, explorando sus posibilidades, fascinándose con sus descubrimientos, doliéndose de sus errores…, y nunca le deja solo/a>> (Antonio Sellés Martínez y Amparo Estevan Muñoz, Instituto de Terapia Gestalt Castellón). Esta mirada cómplice, ésta forma de acompañar permite a nuestro/a hijo/a sentir la seguridad y el sostén que necesita para crecer con Autoestima.

Y me encanta la idea que los autores citados anteriormente exponen, de «madres/padres en construcción«. Porque cuando ESTAMOS presentes en nuestra maternidad, estamos creciendo con nuestra/o hija/o. Permitirse re-descubrir el mundo con ellas/os, siguiendo el ritmo de la vida, nos conecta con la vida misma.